En la Corea socialista dicen que las mujeres empujan una de las dos ruedas del carruaje de la revolución, lo cual que muestra de forma elocuente la posición social de ellas. Por esta palabra se puede conocer que ellas hacen aportes activos al desarrollo de la sociedad y el Estado con la misma posición y derecho que los hombres.
Precursoras
A lo largo de la historia de la nación coreana las mujeres fueron objetos de desprecio y maltrato. Las trabas feudales perduradas por milenios y la ocupación militar del país por imperialistas japoneses (1905-1945) las pusieron en una situación muy deplorable.
Solo con la proclamación de la Ley de la Igualdad de Derechos del Hombre y la Mujer adoptada por el gran Líder Kim Il Sung (1912-1994) en 1946 luego de la liberación nacional (15 de agosto de 1945), ellas ocuparon una posición social no menos que los varones. A partir de aquel entonces las mujeres coreanas se consagraron a la prosperidad y el progreso de la sociedad en todas las esferas como política, económica y cultural.
La Corea socialista fue el primer país que se liberó del analfabetismo en el Oriente. La pionera de la campaña de alfabetización era precisamente una campesina ordinaria de la provincia de Kangwon llamada Ri Kye San.
Al saber que ella era una analfabeta Kim Il Sung le recomendó que aprendiera letras en tres meses y le escribiera la carta. Y le animó diciendo que después de alfabetizada exhortara a toda la población a la lucha contra el analfabetismo.
En fiel cumplimiento de la promesa con el Líder Ri Kye San le escribió la carta con su puño y letra y ayudó a otras mujeres de la aldea en la alfabetización. Después se desplegó, a escala nacional, la campaña contra el analfabetismo denominada con el nombre de ella misma, de resultas que a eso de marzo de 1949 el país se libró totalmente de analfabetismo.
En las décadas de 1960 y 1970 se libró el movimiento Chollima que trajo un desarrollo vertiginoso al país sacando admiración a todo el mundo, en el cual también las mujeres jugaron un papel importante. En ese periodo se desarrollaron dinámicamente, bajo la consigna comunista ¡Uno para todos, todos para uno!, los movimientos masivos encaminados a formar a las personas en competentes constructoras socialistas dotadas de nobles rasgos morales de ayudarse y guiarse mutuamente.
Kil Hwak Sil de la entonces Hilandería de Pyongyang, mudando de una brigada a la otra, profesó el amor y afecto a las operarias que no se apegaban a su trabajo y logró formarlas en innovadoras laborales y sus brigadas en las laureadas con el título de Chollima. Y Ri Sin Ja, campesina de la comuna Rihyon del municipio de Sadong de la ciudad de Pyongyang educó de forma incansable a las personas ideológicamente atrasadas para convertirlas en innovadoras llamándose precursora de la transformación del hombre. Gracias al movimiento Chollima de todo el pueblo, la Corea socialista alcanzó la industrialización en solo 14 años.
En la década de 1990 se libró, entre los funcionarios del sector comercial, el movimiento Jong Chun Sil destinado a establecer en todo el país el rasgo de servir al pueblo con total entrega en pos del ejemplo de ella que trabajaba de directora de la empresa comercial de un distrito montañoso.
En la actualidad también hay muchas precursoras en los sectores de agricultura, industria ligera, ciencias, educación, salud pública, etc.
Impulsoras del desarrollo social
Preparar a las mujeres de todo el país como una fuerza potente que empuje una de las dos ruedas del carruaje de la revolución es la intención del Partido del Trabajo de Corea.
Siendo la flor del país, de la vida y de la familia las mujeres coreanas se alzan en la construcción de una potencia socialista bajo la dirección del Secretario General Kim Jong Un.
Según datos, en 2022 más de 69 000 mujeres se ofrecieron en los sectores importantes de la construcción socialista. Entre ellas, más de 17 000 se dedican a la construcción de viviendas y la producción de cereales en el campo y otras muchas al sector de administración urbana e industria ligera.
Entre mujeres de méritos hay obreras de industria textil quienes cumplieron en un año el plan de economía nacional para dos o tres años, campesinas que lograron abundante cosecha en las tierras estériles, Doctoras en ciencias y Profesoras y Médicas del Pueblo y Beneméritas que acumularon éxitos excepcionales.
Las mujeres protagonizan diversos movimientos masivos destinados a aportar al desarrollo de la economía nacional. Un buen número de ellas animan a los trabajadores mediante actividades de propaganda, ora trabajando junto con ellos ora dándoles servicios públicos.
Algunas recolectan materiales de reserva para contribuir a la normalización de producción en fábricas y empresas y otras se esfuerzan por la reforestación del país siendo ejemplares en el Movimiento del Patriotismo Socialista por la Creación de Bosques o en la preparación de semillas de árboles.
Kim Hui Ryon conocida ampliamente por el periódico, la radio y TV hacía años es una de ellas. Haciendo las veces de su hijo caído durante el servicio militar, abandonó su hogar amado en la capital Pyongyang y en un puesto militar de la primera línea del frente contribuyó a la vida alimenticia de los soldados por más de 10 años con la cría de muchos animales domésticos. Durante ese periodo ella crió 5 700 cabras, 980 cerdos y envió a los soldados más de 210 toneladas de carne y 300 de leche de cabra.
También numerosas mujeres atienden con el afecto fraternal a los veteranos de guerra y a los niños huérfanos.
Es por eso que se escuchan por doquier del país las canciones que expresan agradecimiento y elogio a ellas como La mujer es la flor, Canción a la esposa, Mi esposa, etc.