El 27 de julio de 1953 el pueblo coreano salió victorioso en la Guerra de Liberación de la Patria (1950-1953) contra la invasión de las fuerzas aliadas imperialistas encabezadas por las norteamericanas. Salvaguardó la libertad y la soberanía nacional, frustró la intentona estadounidense de dominar el mundo con la Península Coreana como trampolín y defendió la paz y la seguridad del planeta.
En julio de 1993, año de aniversario 40 de la victoria en la Guerra de Liberación de la Patria, se levantó el Monumento en Pyongyang, capital de la RPD de Corea, para conmemorarla generación tras generación.