Se ha hablado mucho respecto a que China ha pirateado tecnología y marcas comerciales para crear sus propios productos, pero nunca se había escuchado que hasta los osos del zoológico de Hangzhou pudieran ser un fraude. Esto se desprendió de un video dado a conocer recientemente donde un plantígrado malayo se levantó en dos patas, dejando ver dos extremidades delgadas y con pliegues de piel que le colgaban como si fuera un hombre disfrazado.
A partir de entonces, el país asiático ha recibido la visita de periodistas que han tratado de investigar el caso y las autoridades del lugar han colaborado organizando giras especiales para que puedan ver a estos animales y que se pueda resolver este curioso misterio.
Uno de los portavoces del zoológico, ya hastiado por las preguntas incriminatorias, ha explicado hasta el cansancio que se trata de una especie diferente a aquellos que son enormes y fuertes como los grizzlyes, los cuales son impactantes por sí mismos. Los osos malayos, que ocasionaron este supuesto engaño, se parecen más a perros grandes que llegan a medir poco más de un metro de altura cuando se paran sobre sus extremidades posteriores, sus congéneres pardos, por ejemplo, llegan a medir hasta casi tres metros.
El representante aseguró que «el animal era real y que tal engaño no ocurriría en una instalación estatal«, enfatizando también que un humano, vestido como tal, no resistiría el calor, que en estos meses rnda por los 40 grados centígrados. «Un humano con un traje de oso de piel no duraría más de unos minutos antes de colapsar«, aseguró.
Sin embargo, esta no es la primera vez que un parque ha estado en la mira de la desconfianza en China, también se ha sabido que han tratado de hacer pasar perros con pelaje teñido como lobos, lo mismo se ha hecho con gatos africanos y hasta han convertido burros en supuestas cebras. En un caso totalmente diferente, visitantes al Palacio de Potala, en Lasha, Tibet, han denunciado que en los pasadizos de este templo hay guardias, disfrazados de monjes budistas, los cuales se delatan por las botas que usan.
Sólo para que lo sepan: durante los años ochentas en México, se reveló una extraña noticia sobre una rata del tamayo de un perro que rondaba por los pasillos del mercado de la Merced en el Centro de la Ciudad de México. No faltó quien afirmara que no era tal, sino una travesura de alguien que habia disfrazado un cerdo para hacerlo parecer una rata gigante y echarle a perder a la multitud, la celebración anual del lugar.
Ahora checa el video que desencadenó el misterio.
https://twitter.com/i/status/1685971005175668736