La megaempresa aeronáutica Boeing se encuentra bajo escrutinio de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos. Esto, tras el desprendimiento de una parte del fuselaje de un Boeing 737 Max 9, perteneciente al vuelo 1282 de Alaska Airlines, lo cual ocurrió cuando se dirigía a California. La aeronave finalmente tuvo que aterrizar en Portland, Oregon y, con ello, se activó el efecto dominó que puso en tierra a numerables líneas aéreas que usan este tipo avión de pasajeros.
La firma suspendió temporalmente el uso de su Max 9, hasta que sus equipos técnicos determinen sus condiciones de seguridad. Boeing argumentó que “la seguridad es nuestra principal prioridad y lamentamos profundamente el impacto que este evento ha tenido en nuestros clientes y sus pasajeros. Estamos de acuerdo y apoyamos plenamente la decisión de la FAA de exigir inspecciones inmediatas de los aviones 737-9 con la misma configuración que el avión afectado”.
Sin embargo, esta no es la primera vez que se registra un caso así, pues hace cinco años Boeing suspendió este mismo tipo de aeronave luego de dos accidentes reportados en 2018 por Lion Air de Indonesia y 2019, con Ethiopian Airlines, ambos dejando un saldo de 346 personas muertas. También en 2018, uno de los motores de este avión perteneciente a Southwest Airlines ocasionó un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto de La Guardia, causando una víctima. En ese entonces, sucedió que el motor se desprendió y se estrelló contra un costado del fuselaje, rompiendo la ventana donde se encontraba una pasajera, lo cual ocasionó una despresurización que succionó parcialmente a la mujer.
Boeing tiene fama de ser un emblema de la aeronáutica estadounidense, pero ahora con estos incidentes, todas las líneas aéreas que adquirieron este tipo de aeroplano, han suspendido su uso, entre estas United Airlines, Copa, Icelandair y Turkish Airlines. Hasta Aeroméxico resultó afectada al cancelar 60 vuelos de su flota de 153 unidades. Ayer canceló otras 39 salidas a diferentes destinos. Estas medidas han ocasionado una fuerte derogración de capital para la compañia norteamericana y todas aquellas que adquirieron el modelo 737 Max 9.