El estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del Partido del Trabajo de Corea y Presidente de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea, recorrió el día 28 las zonas afectadas por las inundaciones en la ciudad de Sinuiju y el distrito de Uiju de la provincia de Phyong-an del Norte.
Le acompañaron Jo Yong Won y Pak Thae Song, secretarios del Comité Central del PTC.
Le recibieron in situ Pak Jong Chon, vicepresidente de la Comisión Militar Central y secretario del CC del PTC, el ministro de Defensa Nacional y otros comandantes del Ejército Popular de Corea.
Él dirigió personalmente la campaña de rescate y evacuación de los pobladores de las zonas afectadas y otras que podían ser afectadas según los pronósticos.
El día 27, se registraron grandes precipitaciones en la zona fronteriza septentrional del país y la otra de la parte china, con lo cual la crecida del río Amnok alcanzó niveles muy peligrosos y se creó la crítica situación de que más de 5 mil habitantes de las islas de la ciudad de Sinuiju y del distrito de Uiju quedaran aislados en sus respectivas zonas en peligro de ser anegadas.
Según las instrucciones dadas por Kim Jong Un tan pronto como ocurriera la crisis, cuadros directivos del Partido, el gobierno y el ejército fueron enviados urgentemente a los lugares damnificados y se movilizaron con rapidez en la operación de rescate los helicópteros de las fuerzas aéreas y las lanchas de diferentes tipos de las fuerzas navales y la flotilla de patrulla naval de la guarnición fronteriza del Ejército Popular de Corea.
En la base aérea donde se libraba la campaña de rescate y adonde llegó tras recorrer caminos inundados de agua, Kim Jong Un recibió el parte de los comandantes sobre la situación de pobladores aislados y la operación de rescate.
Dirigió personalmente la operación observando todo el proceso de rescate que realizaban más de diez helicópteros repitiendo más de 20 veces los vuelos de ida y vuelta en medio del tiempo desfavorable y circunstancias apremiantes.
Al distinguir al Secretario General quien les esperaba en el aeródromo bajo la tormenta, algo que los tomó por sorpresa, los rescatados le aclamaron derramando lágrimas de infinita emoción y gratitud.
Él impartió la orden de que las organizaciones del Partido y el Poder de zonas correspondientes prestaran todos los auxilios médicos que estuvieran a su alcance a los habitantes rescatados para que no tuvieran ninguna incomodidad.
Charlando con oficiales y pilotos de una unidad de aviación, conoció sobre la situación de zona damnificada, les instruyó una y otra vez salvar sin falta a todos, sin excepción alguna, y ordenó reorganizar vuelos de reconocimiento sobre las zonas donde se concluyó el rescate.
Tomándoles de la mano a los pilotos que salvaron con éxito a más de 4, 200 pobladores en reconocimiento de su trabajo, les dijo con alegría y emoción que era un milagro realmente increíble y un ejemplo de la campaña de socorro aéreo el hecho de que los aviadores hubieran salvado con helicópteros a tantos habitantes de la zona inundada en seis horas y pico, que tener a tal aviación excelente del pueblo es un orgullo del Partido y el Estado y que para él es un gran honor asumir el cargo de Comandante Supremo de ese ejército.
Señaló que una vez más se puso de manifiesto el carácter de las fuerzas aéreas del pueblo, fieles a su misión, que el pueblo entero les agradecerá su abnegación y su espíritu de servicio a muerte e incondicional a él.
Aseveró que sobre todo, el jefe de regimiento de helicópteros fue el primero en cumplir la difícil misión de socorro y que esto da la medida de su excelente capacidad y aptitudes como comandante. Con suma alegría añadió que en un ambiente de batalla había descubierto a otro excelente comandante digno de ser imitado por todo el Ejército, le dio palmaditas en la espalda y lo alentó.
Presentó tareas y vías como reducir al máximo las pérdidas ocasionadas por la calamidad y resarcirse cuanto antes de sus consecuencias al movilizar todas las fuerzas para la reconstrucción y el auxilio, así como tomar medidas oportunas para prevenir su recurrencia.
Calificó de muy graves los daños de la inundación en la ciudad de Sinuiju y el distrito de Uiju y subrayó que los directivos y el personal de todos niveles como el central y el regional deben movilizarse ideológicamente y con prontitud en la campaña de recuperación de los daños, dando prioridad a proteger la vida y los bienes del pueblo.
Destacó la necesidad de estabilizar cuanto antes a los damnificados prestando atención primordial a las medidas terapéuticas y preventivas y la creación de sus condiciones de vida. Señaló que para este efecto, los órganos del Partido y el Poder de la región correspondiente deben socorrer al máximo a los damnificados con materiales como alimentos, medicamentos y otros artículos necesarios para la vida y que al mismo tiempo el Estado debe adoptar medidas de auxilio.
Dado que se siguen previendo las lluvias torrenciales en esta región, hace falta tomar medidas urgentes para que no ocurran más calamidades y hacer todos los preparativos para poder entrar a la vez en el resarcimiento duradero de daños apenas desaparezca el peligro del diluvio, apuntó y dio la orden de convocar una reunión de emergencia para ese fin.
Tras declarar como regiones de emergencia de categoría especial algunas zonas bañadas por río Amnok en las provincias de Phyong-an del Norte, Jagang y Ryanggang, entre ellas la ciudad de Sinuiju y el distrito de Uiju, apuntó que los órganos de todos niveles como el Consejo de Ministros, los comités, los ministerios, los órganos centrales y las instituciones de seguridad pública y las fuerzas armadas deben movilizar en la campaña de prevención y recuperación de daños todas las fuerzas y medios con el fin de resarcir cuanto antes los daños de la calamidad y normalizar el orden de producción y vida, y sugirió adoptar importantes medidas al respecto.
La tarea más importante y de mucha responsabilidad es tomar medidas de prevención, en lugar de tratar de reparar los daños del contratiempo, acotó.
Instó a todas las localidades y los sectores correspondientes a que se mantengan vigilantes al máximo frente a las lluvias continuas, causante permanente de los daños de la inundación, y que prestaran atención primordial a evitar el resurgimiento de daños por inundaciones, entre otras, eliminar con previsión los elementos que entrañan peligro y evacuar a su debido tiempo a los habitantes, así como establecer un ordenado sistema de pronóstico científico, aviso y control del desastre natural.
Es importante tomar medidas estrictas para restañar los daños, pero no podemos soslayar la amarga lección que nos enseña la grave situación de hoy, dijo y criticó duramente el prevaricato de los funcionarios del órgano estatal y de las localidades correspondientes que terminaron por acarrear una situación catastrófica por no tomar ninguna medida de prevención.
Más de una vez he subrayado la necesidad de tomar medidas correctas para evitar los daños por la lluvia torrencial, la inundación y el tifón, señaló. Agregó que en reiteradas ocasiones les advirtió a los funcionarios de su falta de responsabilidad en cuanto a tal proceder censurable y que el Estado les llamó la atención varias veces en vísperas de las lluvias continuas. Recordó que hace unos días, el día 22, fue convocada una reunión del Comité Estatal de Medidas para las Crisis de Emergencia. Se preguntó que no podía comprender por qué aún no se movilizaban con afán en la campaña para prevenir los daños de la calamidad. Y reprochó a los cuadros importantes diciendo que su holgazanería y facilismo llegaron a su colmo.
Cada vez que incurren en un error, dicen que ahora se dan cuenta de la gravedad del asunto y prometen redoblar los esfuerzos, pero los desastres naturales siguen ocasionando daños y esto se debe a que, echando la culpa a la naturaleza y presa del derrotismo, no confían en la prevención de los daños y solo esperan que el cielo le dé suerte, lamentó.
Si bien se convocan periódicamente las reuniones del Comité Estatal de Medidas para las Crisis de Emergencia y se organizaron y laboran sus organizaciones a nivel central y provincial, lo hacen formalmente pues en realidad no cumplen su función y papel, apuntó.
Como demuestra la realidad, los órganos de prevención del desastre estuvieron de brazos cruzados sin disponer ningún medio de socorro a utilizarse durante la calamidad y nos vimos obligados a movilizar al Ejército, acotó e hizo hincapié en que lo más intolerable es la irresponsabilidad y la actitud no combativa del órgano de seguridad pública que tiene la misión de velar por la vida y seguridad del pueblo.
El grupo de mando de la reacción a los desastres y las crisis de emergencia del distrito y el Ministerio de Seguridad Pública crearon temporalmente una confusión en el rescate por ignorar el número exacto de los habitantes de las zonas en peligro, apuntó y agregó que el número de los rescatados por el Ejército Popular supera mucho más al que informaron esas dos instituciones. El hecho demuestra claramente que su irresponsabilidad ha llegado a una fase realmente crítica en contraste con el éxito milagroso alcanzado por el ejército, es decir el rescate de más de cinco mil personas, censuró.
Como nos enseñan las actuales inundaciones en algunas zonas del país, es muy ignorante e insolente la actitud de aquellos que dejan a merced de la naturaleza la valiosa vida y bienes del pueblo y recursos del país, acotó.
Con toda seguridad podremos evitar los contratiempos si tomamos con seriedad esa labor no como una mera lucha contra la naturaleza sino como un asunto relacionado con la actitud y el concepto de servicio al Estado y el pueblo y como una importante cuestión política e ideológica, y si adoptamos las medidas pertinentes, aguzando al máximo los sentidos y previendo inclusive las pésimas circunstancias que son improbables que sucedan, aseguró.
Por último, aprovechó la ocasión para llamar la atención a los órganos del Partido y el Poder de todo el país en relación con la tarea de prevenir los daños de todo tipo ocasionados por las anomalías climáticas.