lunes, noviembre 25, 2024
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Será eterna la tradición de la victoria en la gran década

Tiene lugar encuentro con los vencedores por el 71º aniversario de victoria en la Guerra de Liberación de la Patria

Al celebrar solemnemente el 27 de julio, día de la gran victoria en la guerra, registrado con letras doradas en los anales de la patria, todos los militares y civiles coreanos tributan y felicitan a los defensores de la patria en la década de 1950, generación más heroica y ejemplo de lucha indoblegable que invistieron de gloria eterna a la Corea poderosa.

Al igual que su nombre valioso, brillan la gesta legendaria y mérito excepcional de la generación triunfadora de guerra que al materializar a ultranza la idea y guía del líder, salvó el Estado, la nación y el futuro y defendió honrosamente la paz y seguridad de la humanidad sentando la base eterna del país próspero y el ejército poderoso.

La fuerza ideo-espiritual de esos combatientes valerosos del tiempo de guerra deviene el poderío irresistible que garantiza la victoria continua de la causa del Juche.

En tanto los sucesores toman mayor conciencia de su misión de dar firme continuidad al gran espíritu de defensa de la patria y la tradición de la victoria, el día 27 tuvo lugar en esta capital un encuentro con la generación triunfadora por el 71º aniversario de la victoria en la Guerra de Liberación de la Patria.

En el Palacio de Deportes de Pyongyang, sede del acto, desbordaban el orgullo de la generación triunfadora, que preparó con su patriotismo, fidelidad y esfuerzos inagotables el patrimonio ideo-espiritual de la patria y el pueblo que será legado a toda la posteridad, el respeto de nuevas generaciones hacia los precursores de la revolución y el honor de todos los participantes por ser ciudadanos del país vencedor en la guerra.

Mientras resonaba la canción “27 de julio, día de la victoria”, los participantes acogieron con fuertes aplausos a los veteranos y personas de mérito del tiempo de guerra que entraban en la sede con las órdenes y medallas en el pecho que atestiguaban su proeza de haber derrotado al imperialismo norteamericano.

Asistió a la ceremonia el estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del Partido del Trabajo de Corea y Presidente de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea.

A su llegada al Palacio de Deportes de Pyongyang, intercambió saludos cordiales con los veteranos de guerra que durante muchos años desempeñaron cargos importantes en el Partido, el gobierno y el ejército.

Cuando salió a la tribuna con los veteranos mientras se interpretaba la música de bienvenida, todos gritaron vivas hacia él que encarna la gran dignidad y fuerza del invencible PTC y la poderosa RPDC y bandera de todas las victorias y glorias.

Los niños entregaron ramos de flores a él y los veteranos que lo acompañaban.

Respondiendo a las aclamaciones de la multitud, él extendió cálidas felicitaciones a los veteranos y habitantes de todo el país y los oficiales y soldados del Ejército Popular de Corea.

Estaban presentes en el acto los miembros del Presidium del Buró Político del CC del PTC y otros cuadros del Partido, gobierno y ejército junto con los participantes en las festividades de la efeméride, funcionarios del CC del PTC, oficiales y soldados del EPC, directivos y hombres de mérito de ministerios, órganos centrales y esta capital, alumnos de escuelas revolucionarias y estudiantes de distintos niveles de enseñanza.

Fueron invitados los representantes y otros miembros de las representaciones diplomáticas de varios países en Corea.

Se interpretó solemnemente el himno nacional de la RPDC.

Pronunció un discurso Ri Il Hwan, miembro del Buró Político y secretario del CC del PTC.

Por el encargo de Kim Jong Un, el Partido y el gobierno, felicitó cordialmente a los veteranos de guerra, todo el pueblo coreano y los militares que celebran el día de la victoria con gratos recuerdos y gran orgullo, y rindió homenaje a los soldados heroicos y mártires patrióticos caídos en la guerra sagrada en defensa de la patria.

Este encuentro significativo con los creadores y representantes de la gran historia en ocasión de la fiesta más valiosa para nuestra patria es un orgullo de nuestro Estado y pueblo y una fortuna de nuevas generaciones, dijo y agregó que es un honor para la generación actual el mismo hecho de que pudiera recordar no sólo con el dolor sino también con el honor aquella época dramática en que la guerra más terrible terminó con la victoria más grande.

Investido de tal honor, nuestro Estado pudo adquirir un potencial tremendo que caracteriza al país triunfador de guerra y el pueblo coreano consiguió el patrimonio espiritual que en los días ordinarios, no habría podido obtener ni darse cuenta ni con la lectura de miles de libros, expresó.

Diciendo que la defensa y creación de la historia de más de 70 años con el espíritu del tiempo de guerra constituyen una tradición orgullosa y característica de la revolución coreana, evaluó a los defensores de la patria de la década de 1950, que salvaguardaron honrosamente la gloriosa RPDC preparando el imperecedero espíritu heroico, de prototipos de patriota verdadero y revolucionario ferviente que deben ser elogiados y imitados por todas las generaciones venideras.

El festival de hoy marca la cumbre de la gloria que ha preparado la generación triunfadora en la guerra junto con la otra de sucesores que han cumplido con coraje su misión de preservar esa victoria convirtiendo las décadas tan arduas como la guerra en el período de milagros y saltos legendarios, apuntó.

El espíritu de la generación vencedora es eterno, pues nos convierte en un pueblo siempre poderoso y grandioso y, al continuarlo con firmeza, lograremos victorias más grandes y valiosas, afirmó y volvió a agradecer y saludar sinceramente a los veteranos de guerra que consagraron todo por la historia de victorias, que continuará para siempre, y la prosperidad de la patria triunfadora.

En el acto se proyectó un documental sobre las proezas y el espíritu de lucha de la generación vencedora.

La guerra coreana, impuesta a la Corea recién fundada como verdadero país del pueblo en el Oriente, fue la materialización de la estrategia de hegemonía mundial del imperialismo norteamericano que perseguía esclavizar a la RPDC, Asia y, a la larga, toda la humanidad.

Esta confrontación con el prepotente caudillo del imperialismo, que tenía una historia de más de cien años de guerras de agresión, fue demasiado desigual para nuestro Estado que entonces, llevaba apenas 2 años de fundado.

Muchos pasajes de la película mostraron la verdadera naturaleza de la guerra coreana impuesta por el imperialismo norteamericano como la de masacre en que fueron asesinados los civiles pacíficos que representaban casi un sexto de la población de la RPDC en aquel tiempo, cifra que supera mucho más el número de bajas entre los militares, y como la conflagración que causó resultados inimaginables del salvajismo, barbaridad y crueldad.

Los veteranos y las personas de mérito del tiempo de guerra recordaron que hace más de 70 años se alzaron en la resistencia a muerte de todo el pueblo por una historia a ser corregida sin falta y por un futuro de la potencia, que podían obtener sólo con la victoria, tomando la conciencia de su misión de comprobar que ni Corea ni su pueblo son débiles.

Se desfilaron las escenas que demostraban que en esos rifles, que mataron a más enemigos con bayonetas que con balas en las batallas tan desiguales en lo numérico, estaban cargados toda la fuerza milagrosa y espíritu indoblegable que crearon la historia de la gran victoria en la guerra.

Los videntes comprendieron lo que era el espíritu de los triunfadores de la guerra a través de las escenas en que unos soldados inscriben en una roca el juramento de fidelidad al líder antes de salir al combate de cuerpo a cuerpo, un soldado con manos y pies heridas aprieta con la mandíbula el disparador de la ametralladora pesada, unos combatientes cubren con su cuerpo las aspilleras enemigas y la bandera nacional que flamea en la cima de una cota ocupada a cambio de sangre y vida de los compañeros.

Las escenas históricas narran que la retaguardia también fue un frente para el pueblo coreano, que luchaba con el único deseo de ganar la guerra sintiendo el cálido amor a la patria y el odio visceral a los enemigos, y que el día de victoria se adelantó y la valiosa tradición a mantener y glorificar para siempre se prepararon gracias a muchos movimientos masivos como el de incorporación al frente, el de emulación por el aumento de producción en el tiempo de guerra, el de tracción de muchas cargas, el de aradoras, el de cosecha abundante y el de donación de arroz.

Todos los espectadores volvieron a constatar que la clave de la victoria fue la sabia dirección del Presidente Kim Il Sung, quien condujo la guerra con su extraordinaria idea y estrategia militares y métodos de combate y formó con gran amor y confianza a los hombres comunes como protagonistas de la época heroica, y la convicción de todos los militares y civiles de que triunfarán sin falta siempre que cuentan con él.

Las escenas sobre el aspecto majestuoso de la RPDC, que hoy día, defiende sus derechos e intereses y la paz verdadera con su capacidad de autodefensa con que puede doblegar a cualquier enemigo poderoso, enseñaron a los que crecieron sin conocer la guerra en este país poderoso que es grandiosa la historia de la victoria en la guerra, pero es más sagrada la de su defensa y continuación.

Los ramos de flores dedicados a los veteranos de guerra por sus descendientes fueron una expresión de respeto y veneración a ellos que trabajaron con abnegación durante toda su vida por la victoria y por la gran potencia para hacer realidad el anhelo de sus compañeros de armas.

Todos los participantes reafirmaron su decisión de continuar eternamente la gloriosa tradición de victorias al apoyar con total entrega la idea y dirección del gran Comité Central del Partido que hace más segura y sólida la supremacía militar por el porvenir eterno de la revolución y la nación.

Pronunciaron palabras de juramento el coronel de fuerzas terrestres Ri Un Ryong y el capitán de corbeta Yu Kyong Song.

Los oradores expresaron sus impresiones sobre el documental que relata los días encarnizados de la guerra, o sea, el momento fatal que tuvo que vivir la generación triunfadora, y prosiguieron que la bravura y méritos de numerosos soldados heroicos que obtuvieron la victoria del 27 de julio los ayudan a ser más conscientes de su misión de defender la patria.

Gracias al espíritu revolucionario y méritos indelebles de la generación vencedora que convirtió en el periodo más orgulloso la década fatal que estuvo a punto de terminar en una tragedia, nuestras fuerzas armadas revolucionarias se han dotado de extraordinaria audacia, fuerza y dignidad y están seguras de su victoria sobre cualquier enemigo poderoso, apuntaron.

Exhibiendo gran odio a los imperialistas norteamericanos y los gánsteres militares de la República de Corea fantoche que también en estos momentos andan desesperados por desatar una guerra nuclear desde más allá de la frontera sur de la RPDC, manifestaron la decisión de protagonizar muchos más milagros y victorias que aquellas unidades guardias del tiempo de guerra que provocaron pánico a los enemigos y aquellos marineros que crearon el mito de la historia mundial de batallas navales al hundir con sólo 4 torpederos el crucero pesado estadounidense.

Los oradores juraron solemnemente ante el estimado compañero Kim Jong Un, el Partido y el Estado que serán defensores valientes del poder estatal, la integridad territorial y el mar jurisdiccional teniendo presente el propósito de toda la vida y la encomienda de los veteranos de guerra y exterminarán con un ataque aplastante a los enemigos tan pronto como les diera la orden el Comandante Supremo, al consolidar por todos los medios la capacidad de respuesta a la guerra y de combate.

Terminado el encuentro, volvieron a estallar las aclamaciones.

Kim Jong Un formuló votos por la salud y larga vida de todos los veteranos que llevan una vida excelente luchando con abnegación por la prosperidad de la querida patria y la felicidad de las jóvenes generaciones.

Saludó largos ratos a todos los reunidos deseando que mantuvieran con firmeza el espíritu de la generación de vencedores conservando en el alma la dignidad y el honor de ser ciudadanos del país triunfador en la guerra.

Todos los participantes se conmovieron ante la noble obligación moral revolucionaria y la camaradería de Kim Jong Un por los veteranos de guerra.

El encuentro fue una ocasión significativa que multiplicó la fe, el ánimo, la pasión y el empeño de todos los habitantes y militares del EPC por continuar con firmeza y glorificar para siempre, bajo la dirección del gran CC del PTC, la historia y tradición de la victoria sagrada y cumplir sin falta la gran empresa de construir un país próspero y un ejército poderoso, que anhelaba la generación de triunfadores.

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