Hoy, hace 500 años, los invasores occidentales asesinaron al último Huēi Tlahtoāni mexica.
CUAUHTEMOC: APOTEOSIS DEL TIEMPO
Cuauhtemoczin
Tlacatecuhtli
Xocoyotl
abuelo de nuestros abuelos
naciste bañado
en las tintas
de la sabiduría
tomaste el rojo
del día y el negro
de la noche
te escabulliste
entre los presagios
malditos
con la fuerza
del guerrero águila
que fuiste y eres
más aquellos
supuestos dioses
barbados
te quemaron los pies
sin saber
que tu cuerpo
podía prescindir de ellos
te quemaron las manos
y ya habías tocado
las letras del infinito
con las huellas
de tu valentía
te rasgaron las carnes
para que se te escurriese
aquello que llamaron alma
y nunca supieron
que descubrirían el vuelo
de la eterna presencia
te prendieron fuego
en la cabeza
y tu dolor
iluminó la noche
te golpearon con garrotes
para menguar tu fuerza
y sólo creció
el cadalso de la ignominia
te soltaron a los mastines
para que devoraran
la solidez
de tus músculos
y aún sin ellos
seguiste en lucha
te desnudaron
creyendo que expondrían
tus vergüenzas
y tu cuerpo deslumbró
a las mórbidas corneas
que nunca accedieron
a tus secretos
te ahorcaron
creyendo que tus pulmones
se extinguirían
sin dar el grito de combate
y estos para entonces
ya habían esparcido
la herencia
de tu lengua originaria
te colgaron de cabeza
y el mundo para ti
nunca perdió su forma
te decapitaron
y atravesaron tu bello rostro
en la rama de un árbol
cual trofeo de guerra
y sólo fue culto
a la estupidez
de tus torturadores
si el sol sigue naciendo
todos los días
es porque se alimenta
de la sangre que esparcieron de ti
los bárbaros
que cruzaron el mar
de la ignorancia
con la cruz de la avaricia
y el olvido
Manuel Cuautle
27 de febrero del 2001
18:00
México – Tenochtitlan
Poema escrito en el año 2001 para la conmemoración luctuosa de Cuauhtémoc (28 de febrero de 1525) por parte del gobierno del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México.