Pese a múltiples desafíos y vicisitudes, el pueblo coreano lucha indoblegablemente por el desarrollo general del socialismo, pues tiene una firme convicción en la idea del Secretario General Kim Jong Un.
Entonces, ¿por qué consideran los coreanos la idea de su Dirigente como fundamento espiritual?
Es por que experimentaron que, al seguir las orientaciones de su Mandatario, todo sale bien.
En el curso de dirigir la RPD de Corea Kim Jong Un acumuló grandes hazañas ideo-teóricas en todas las esferas de la revolución y la construcción. Dio respuestas perfectas a todos los problemas, entre ellos el de materializar la primacía de las masas populares en la política, el de principios que se deben mantener en la construcción del partido, el Estado y la economía nacional independiente, y las demás esferas sociales como el fortalecimiento de la defensa nacional, la enseñanza, la salud pública, el arte, la literatura, el deporte, la protección territorial y ambiental, la administración urbana, la arquitectura y las bellas artes industriales.
Tomando como guía las teorías ideológicas de Kim Jong Un, el pueblo coreano fortaleció el poderío defensivo del país y también logró un desarrollo notable en la construcción de la economía y la cultura socialista durante últimos diez años.
La línea de fortalecerse por propia cuenta es una muestra representativa. En los séptimo y octavo Congresos del Partido del Trabajo de Corea y otras ocasiones importantes Kim Jong Un enfatizaba que solucionaran todos los problemas que se presentan en la construcción socialista enarbolando la bandera de fortalecerse con sus propios recursos. En acato a su lineamiento el pueblo coreano desarrolló los sectores metalúrgico y químico como industrias que se apoyaran en sus propias materias primas, combustibles, ciencias y tecnologías. Y construyó numerosas fábricas y empresas modernas de diversas ramas, acumulando un fuerte cimiento para un desarrollo sostenible de la economía independiente nacional.
Según la estrategia del ajuste y reforzamiento presentada en el VIII Congreso del Partido, se intensificó esta labor, se arreglaron no pocas inconveniencias en la administración de la economía y se impulsaron a buen ritmo la normalización productiva, la remodelación de fábricas y empresas y el abastecimiento de materias primas y materiales con recursos domésticos.
Se realizan dinámicamente la construcción de viviendas para 50 mil núcleos familiares en la ciudad de Pyongyang, la de localidades y aldeas, abriendo una segura perspectiva de poder resolver el problema de alojamiento.
Actualmente, la economía de RPDC prevé que a finales del 2025, último año del plan quinquenal para el desarrollo de la economía nacional, el valor total nacional y la producción de artículos de consumo masivo aumentarían en más de 1,4 y 1,3 veces, respectivamente, en comparación con el 2020 y el pueblo coreano acomete vigorosamente para el desarrollo económico lleno de la firme convicción del futuro luminoso.
También en la guerra contra la pandemia la RPD de Corea salió victoriosa con el ideal de Kim Jong Un de dar primacía a las masas populares.
Ya a principios de la aparición de la Covid-19, este se percató de su peligrosidad y tomó medidas preventivas. Según su voluntad de que debían defender y salvaguardar a cualquier precio la vida y salud del pueblo, en la RPDC se bloquearon herméticamente las fronteras y se aplicaron drásticas medidas preventivas, razón por la cual el país podía mantener la seguridad durante 2 años y 3 meses.
Cuando este virus maligno se infiltró en su territorio, el Mandatario coreano convocó sucesivamente reuniones importantes del Comité Central del Partido, en que señaló, una por una, las vías por estabilizar la situación antiepidémica y salvaguardar la vida y salud del pueblo. Bajo la dirección de Kim Jong Un quien estuvo al frente de la guerra antiepidémica a riesgo de la vida, el pueblo coreano luchó unido como un solo hombre y al cabo de más de 90 días salió victorioso en esta guerra.
En este país asiático reinan el amor al ser humano de ayudarse mutuamente y compartir las dificultades, y la concepción de vida colectivista de pensar primero en otros que en sí mismo y considerar el sacrificio por la sociedad y la colectividad como una felicidad y el orgullo incomparables. Todo esto es inconcebible al margen de la idea de apreciar la moral presentada por Kim Jong Un.
En el mundo actual, donde predomina la hegemonía, el pueblo coreano que aspira al socialismo se enfrenta con numerosos desafíos y dificultades. Pero, por tener la idea de su Dirigente como fundamento espiritual, está plenamente seguro de que podría acoger sin falta un futuro más brillante.