martes, noviembre 26, 2024
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Noble obligación moral

El Presidente Kim Il Sung (1912-1994) de la RPD de Corea, con noble obligación moral, dejó numerosas anécdotas emocionantes durante su vida. Entre ellas, figura una relacionada con el último encuentro con el primer ministro Zhou Enlai de China.

En abril de 1975 Kim Il Sung se entrevistó con Zhou Enlai en un hospital gubernamental situado en Beijing. En aquel momento el primer ministro chino estaba gravemente enfermo.

Kim Il Sung que se preocupaba mucho por la salud de Zhou Enlai avisó a la parte china su propósito de visitarlo, pero no pudo lograrlo a causa de la gravedad del enfermo. Poco después, al informarse de que el chino se mejoró un poco se dirigió de inmediato a su encuentro.

A Zhou Enlai le costaba mucho moverse porque acabó de recibir una operación, pero diciendo que no podía recibir en la cama al Presidente Kim Il Sung ampliamente conocido en el mundo, rechazó las disuasiones de los médicos, se levantó resueltamente para cambiarse de ropas y ponerse los calzados de tela, para vestirse según el protocolo diplomático.

Kim Il Sung, al ver al chino, solo acarició sus espaldas sin decir nada. Lo mismo ocurrió al chino. Los ojos de los acompañantes también estaban anegados de lágrimas ante este encuentro emocionante.

Ambos dirigentes tuvieron una charla larga. Al visitante que se mostraba alegre por el éxito de la operación, Zhou Enlai dijo entre sollozos que pensaba no podría verle más y que no sabía cómo agradecerle a Kim Il Sung quien hizo un largo viaje para verlo.

Pasó un buen tiempo y llegó la hora de despedida.

El chino cogió las manos del coreano y le pidió encarecidamente: Entre tanto, gracias a la posición de principio y la instrucción correcta del Presidente Kim Il Sung se solucionaron no pocos problemas que se presentaron en el movimiento comunista internacional. Pienso que también en lo adelante tales problemas pueden resolverse de forma correcta solo bajo la dirección de usted, veterano de la política mundial. Quiero que usted conduzca la revolución mundial en aras del futuro de la humanidad.

Kim Il Sung dijo a Zhou Enlai que se vieran otra vez sanos y salvos y lo acarició calurosamente. Esto fue el último encuentro entre ellos.

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