La seda de Corea, por su ligereza, resistencia, hermosos dibujos y suavidad, se considera en escala mundial como la mejor de sus géneros.
Corea, país de origen de seda, tiene una larga historia de su producción.
Los habitantes de Corea Antigua (principios del siglo 30 a.n.e- 108 a.n.e.) plantaron moreras y criaron gusanos de seda. La tela tejida con fibras de seda sacadas de gusano de tres mudas fue conocida ampliamente por su calidad.
Los documentos antiguos de Corea transmiten que el gusano de Corea era de género de tres mudas y detesta la humedad y el humo.
Tambien en los libros de país vecino están registrados que la población de Corea Antigua criaba el gusano de seda de tres mudas y que en este país se apreciaban y se fomentaban la cría de gusano de seda y la tejedura al igual que la agricultura.
Generalmente para hilos de seda son más apropiadas las fibras vomitadas por el gusano de tres o cutro mudas.
Este crece rápido, no se enferma fácilmente y tiene mucha vitalidad. Especialmente, con aquellas fibras pueden tejer telas suaves y ligeras, teñirlas con facilidad. Una vez coloradas son muy hermosas.
La tela de seda tejida con fibras sacadas del gusano descubierta en las ruinas de la muralla del monte Taesong del período de Coguryo (227 a,n,e,-668 n,e,), fue tejida con mallas grandes de forma de ligamento a la plana y sus hilos son uniformados, mostrando el alto nivel de tejeduría de seda de aquel entonces.
En el período de Coryo (918-1392) la tejeduría de seda se desarrolló más y la variedad de sus productos llegaba casi a 70. Se exportaban hasta al Medio Oriente, siendo conocida ampliamente en el mundo como seda de Coryo.
Hasta hoy la seda de Corea de larga historia se considera como un producto especial por su originalidad, peculariedad, diversidad y alta calidad.